miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡Quiero dormir!



Soy una persona que nunca me suelo quejar de los ruidos de los vecinos. Más que nada, porque algún día también puedo hacerlos yo. Pero creo que estoy llegando a mi límite, y desde aquí quiero hacer un llamamiento a mis vecinos del 9º 1ª:

“Queridos vecinos:

Todos hacemos ruidos alguna vez. ¿Pero es necesario que os pongáis a las 3 de la tarde, casi todos los días de la semana, a taladrar? No se si os habéis dado cuenta de que hay gente que a esa hora quiere descansar un ratito en el sofá porque luego tiene que volver al trabajo… No es por nada, pero debéis de tener ya la casa como un queso gruyere.

Tampoco os digo nada cuando os ponéis a discutir a voz en grito como si no hubiera mañana, que a veces tengo que apagar la tele porque se me acoplan vuestras voces. ¿Qué necesidad tengo de oír como le dices a tu mujer que es una perra?

Y para colmo la niña. A mi me gustan mucho los niños, y espero algún día poder tener por lo menos uno, pero sólo pido que no sea tan gritona como la vuestra. Aunque a cualquiera de los dos padres que haya salido, va fina!

Que entre semana se levante pronto no me molesta, porque todos madrugamos, pero que a las 5 de la mañana me despierte llorando como si se hubiera tragado un altavoz, ya no me hace tanta gracia. Eso de estar media noche despierta porque llore vuestra hija, no entraba en mis planes. ¿Qué le dais de comer a esta niña para que llore y grite con semejante potencia?

Por no hablar de los fines de semana. Esos dias que espero ansiosa para poder dormir sin oir el despertador, pero nada de eso… Tu mujer me despierta a las 8 de la mañana mientras le canta rancheras a la niña… ¿No sería mejor una nana, para calmar a la fiera?”

Y después de estar media noche en vela oyendo llorar y gritar a un niño, y a la mañana siguiente tener que venir a trabajar con unas ojeras hasta los pies, he llegado a las siguientes conclusiones: Que el día que tenga un hijo, le pondré un botón para bajarle el volumen (aunque sea en el ombligo) y a poder ser, me insonorizaré la casa, para que mis vecinos no tengan que sufrir lo que a mi me está tocando.

2 comentarios:

belkis dijo...

Es uno de los inconvenientes de vivir con vecinos. Y sólo hay dos soluciones: o te vas a vivir a otra parte, apartada, lo cual no puede permitirse cualquiera. O pides educadamente que moderen el tono de voz y los ruidos.
Todo es cuestión de educación y civismo, pero no todo el mundo los profesa.
Los niños...es una cantar aparte. No siempre los padres podemos hacer mucho por apaciguarlos; si sale llorón, sale llorón. Espero que tengas suerte (con tus futuros niños) y recuerdes tus palabras de hoy. Besote.

Luna Ardiente dijo...

Sabes, Belkis? Esta noche he soñado que tenia una niña, pero era tan calmada que ni me enteraba de que la tenia. Será una premonición? jejeje
Yo solo digo, que la niña de los vecinos de arriba, sólo que haya salido a uno de los dos padres, habrá sacado buenos pulmones!! ;)
Un beso.