Fue un viernes agotador. Tanto para mí como para ella. Y es que ese día ya llevas el cansancio acumulado de toda la semana, y se nota.
Pero aún así decidimos salir de fiesta. A pesar de todo, teníamos ganas de pasar una noche de risas, confidencias y alcohol. Salimos dispuestas a todo.
Llegamos al bar. Al de siempre. Ya nos conocen. Es llegar a la puerta y los de seguridad ya nos saludan. Por no hablar de los camareros. Casi los veo más a ellos que a algunos de mis amigos. Pero también he de decir que si pudiera iría más a verlos, y es que hay que ver como están… ¡No se a cual elegir! Bueno, si lo sé… jijiji
Esa noche había fiesta de una facultad, para sacar dinero para el viaje de fin de carrera, y hacían bingo.
Mi amiga y yo decidimos comprar un par de cartones a medias, para probar suerte, y si nos tocaban 50 €, pues eso que teníamos. Mitad para cada una.
Pero cuando llegó el momento de empezar el sorteo, dijeron que no, que el premio no era dinero. El premio consistía en un día de Spa para dos personas.
Y yo le dije a mi amiga en broma: “Yo ya me estoy visualizando en el Spa”.
Desde el momento en que empezaron a sacar el primer número no paramos de tachar números, hasta que… alguien cantó bingo. ¿Por qué cantaban tan pronto? ¡Sólo nos faltaban dos números!
Por suerte para nosotras el bingo era incorrecto y el sorteo continuó. El siguiente número en salir fue el 22, que era nuestro así que sólo nos faltaba el 77. Y dos bolas más y… ¡¡¡el bingo fue nuestro!!!!
Todavía me acuerdo como grité cuando vi que nos había tocado. De hecho, he estado varios días un poco afónica de la emoción de esa noche.
Me gustó sentir ese momento de poder. De sentir las miradas de envidia de la gente. De decir que he ganado yo. Que soy yo (bueno, y mi amiga) las que vamos a disfrutar de un día en un Spa.
Menuda borrachera cogí. Como hacía días que no la cogía. Pero es que no era para menos. La ocasión lo merecía.
Aunque ya no mereció tanto la pena el tumbarme en la cama y empezar a notar el eje de rotación terrestre. ¡Que manera de girar la habitación!
Tengo la impresión de que después de todas las cosas que me han tocado este año, la gente ya no me empieza a tomar en serio y que en algunos de mis amigos he despertado la envidia.
Pero bueno, la vida es así, y nunca me había tocado nada. Así que voy a aprovechar mi buena racha, mientras dure…